miércoles, 10 de septiembre de 2008

Este blog

El último blog que hice me gustó. Mucho. Lo actualizaba más o menos a menudo, pero había una cosa mal. No guardé lo que había escrito. Resultado, todo se me perdió cuando cambiaron la página Web, y me quedé con nada en las manos. Un verdadero desastre.
Con este voy a tener mucho más cuidado. Cada palabra, cada foto, cada minúscula cosa que sea creada aquí la guardaré también en otro lugar. Para no perderlo otra vez.


En algún lugar tengo que ir sin máscara, digo yo. En algún lugar tengo que desahogarme.

En algún lugar tengo que ir sin más cara. En algún lugar me tendré que soltar de las cadenas de la timidez, de las ataduras del miedo.
Este es el lugar, obviamente.
De pequeña, ansiaba llegar a la luna para poder dormir ahí, y quedarme segura de que nadie me molestaría ahí arriba, tumbada en el cruasán plateado. Más tarde, quería que fuesen mis secretos que durmiesen allí tranquilos. Ahora quiero que todo mi ser pueda mecerse ahí, arropada en el sosiego del silencio, mirando las estrellas efectuar su danza con mis ojos bien abiertos, y poder descansar en la paz de ese lugar alejado.
Pero como no puedo, intento hacerlo de forma virtual, creando este blog. Un santuario en el que dejo que se introduzca un ruido suave, el de vuestros comentarios. Pero cierro la puerta a lo demás. Ya tengo bastante con lo que se oye desde mi ventana.
Una pequeña capillita en la que sólo rezo a mi corazón, a mis pensamientos. En la que sólo admito unas cuantas imágenes, y palabras, palabras.
Esas palabras que dan vida a tantas cosas en mí.

No hay comentarios: