lunes, 22 de septiembre de 2008

Dependencia y dudas


Esos primeros días fue mi sol, el sol que iluminaba las nubes plomizas y las convertía en simulacro del paraíso. Ahora es una necesidad de verle pasear en el patio, de ver sus ojos en mi busca. Yo le respondo, con todo mi descaro escondido. Le necesito. Y necesito que me necesite a mí. ¿Es eso improbable?
No quiero que sea como una cosa en la que gire mi existencia. Puedo ser su luna, pero si me envía al otro lado de la galaxia no volveré. Mis heridas se curan, pero muy lentamente.
No sé ni lo que estoy diciendo. Amor y desconocido no van bien juntos, de eso sé más que nadie. Desgraciadamente.
Pero no es su físico lo que me atrae más de él. Ni mucho menos. Podría quedarme mil años frente a un papel, no encontraría palabras para describir el porqué de mi atracción por él.
Pero no me fío. Todavía está ese agujero en el pecho que creé yo misma. Todavía está ese miedo a estar equivocada.

1 comentario:

Zazish dijo...

La pregunta más absurda sería preguntar si es absurdo. Las cosas no siempre tienen una explicación lógica, pero la verdad puede sorprenderte. En serio, para una vez, sé de lo que hablo xD

Cuando hablo así parezco una de esas pitonisas que te leen las cartas (las del tarot, no el correo) por la tele... Pero creo que a lo mejor deberías intentar conocerle un poco, ¿verdad?

Esto me recuerda al cuento de La Araña, esa atracción tan inexplicable, aunque sin la parte macabra, claro xD

Comentario raro, lo sé u.u no se me puede pedir más...

Seguiré leyendo las entradas.

Por cierto, ¿podrías pasarte por mi blog? Ya sé que es un poco así pedirlo pero es que no lo lee nadie :S

Jaja, no me hagas caso, adiós...