martes, 30 de septiembre de 2008

Una palabra que se la puede llevar el viento, el mar, el dolor...nunca la olvidaré. ¿O quizá sí?


No sé ni si ha sido una ilusión, un doloroso pero certero sueño que no existe, o una verdad que sólo iluminaría con su luz una parte de mi noche. Quizá me gusta la noche, también. Sí, Zazish, esto es muy confuso. Demasiado, seguramente.
Todavía veo su rostro, con esa mirada que no sabrían definir mil palabras, y sus labios que se movían al son de su saludo.
"Hola"
Esa palabra promete con mantenerme en vilo toda la noche, hasta que le vea otra vez. La lógica dice que es una pura coincidencia, que es a lo mejor tan extrovertido que saluda al primero que pasa...Pero, desgraciadamente, no llego a creermelo. ¿Cómo él, que pasa casi todo su tiempo sólo, que tiene sus ojos que sólo se fijan en las nubes, el vacío o....yo, sería así?
Creo que va a 3* de E.S.O. Su nombre...sigo sin conocerlo. A veces se escapa del colegio y se mete por el parquecito solitario de al lado.
Es lo único que sé de él.


Me pregunto si soñar con sólo una simple palabra entra en la categoría "estar enamorada"...
¿Puede provocar tanto?

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Oh, no

Ahora realizo que es verdad. Me han bastado treinta minutos para soñar y reunir todos los datos. Es estúpido, egocéntrico pero...quizá real.
Cada vez que le he mirado, él me ha devuelto la mirada. Y eso....
No es posible. Me hago ilusiones, seguro. Pero, ¿y si fuese verdad?
No puedo acabar como mi amiga. Tengo que conocerle, hablarle. Pero, ¿cómo? Mi timidez me vence, la certitud de no estar a la altura, de volverse en ridículo, se sobrepone a todo.


No...¿no puedo ser por una vez atrevida, sin miedo? Y él, ¿porqué no da el primer paso?
Supongo que por las mismas razones que yo...
Jirones de niebla me turban el razonamiento...

Personas de desconfianza




Algo tan horrible como eso no puede existir...
Todavía veo sus risas. Sus miradas de desprecio. Todavía noto cómo la tierra cede bajo mis pies.
¿Cómo te debes de tomar que personas de confianza, cuando les susurras que alguien te gusta, sólo puedan decir eso? ¿Sólo puedan echarme en cara cualquier cosa?
"¡Si tiene una nariz enorme! ¡Y granos! ¡Y está acompañado de un friki!"
Y a mí que más me da. La respuesta se me ha quedado en los labios, en mis labios de piel arrancada que nunca dejan pasar las palabras. Y a mí que más me da todo eso. Yo lo único que quiero es comprensión, no críticas.


Sólo dos se han quedado calladas. Una de ellas me ha sonreído, mientras la otra se apoyaba en su amiga, triste. Está así desde hace varios días. Le gusta un chico lejano que la mira, la intenta poner celosa, pero no le habla. Y está completamente rayada.
Ella me comprende. Lo noto en su mirada, sus ojeras de no dormir, su voz cansada que me cuenta sus penas. No han salido de ella muchas risas en esta semana. Con razón.


Es una amiga de verdad.


¿Por qué la vida es cruel?

lunes, 22 de septiembre de 2008

Dependencia y dudas


Esos primeros días fue mi sol, el sol que iluminaba las nubes plomizas y las convertía en simulacro del paraíso. Ahora es una necesidad de verle pasear en el patio, de ver sus ojos en mi busca. Yo le respondo, con todo mi descaro escondido. Le necesito. Y necesito que me necesite a mí. ¿Es eso improbable?
No quiero que sea como una cosa en la que gire mi existencia. Puedo ser su luna, pero si me envía al otro lado de la galaxia no volveré. Mis heridas se curan, pero muy lentamente.
No sé ni lo que estoy diciendo. Amor y desconocido no van bien juntos, de eso sé más que nadie. Desgraciadamente.
Pero no es su físico lo que me atrae más de él. Ni mucho menos. Podría quedarme mil años frente a un papel, no encontraría palabras para describir el porqué de mi atracción por él.
Pero no me fío. Todavía está ese agujero en el pecho que creé yo misma. Todavía está ese miedo a estar equivocada.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Miradas cruzadas


Esta vez, no me he arrepentido.

He podido mirarle sin miedo. He podido saborear ese momento en que nuestras miradas se han cruzado. He podido notar ese hormigueo cuandoe notado que sus ojos me buscaban, que paseaba varias veces solo delante de mí.


Me he emocionado, y por una vez, no me he sentido culpable.No sé ni su nombre. No sé ni su clase. No sé nada. Pero me gusta, me gustan sus ojos castaños que me buscan. Me gusta su pelo medio largo. Me gusta esa manera de mirar que tiene.


¿Es estúpido? Es mi manera. Cómo que justo entonces sonaba en el iPod una canción de amor, con las pocas que escucha mi amiga.


¿Coincidencia? ¿Acaso la vida no es sólo millones de coincidencias?

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Esta chica que os mira través del ordenador


Yo. Para algunos una desconocida al entrar aquí, y salen sabiendo de mí más que yo misma. Quizá este desvelando una personalidad que ignoro a través de estas palabras. No lo sé. Lo único que puedo deciros de mí es que soy imprevisible, tanto en la vida como aquí. Pueden salir de mi boca cosas muy reflexionadas o completamente espóntaneas, especialmente extrañas o demasiado vulgares. Me puede dar por un momento de decir barbaridades, y por otro de estar muy tranquila. Lo único que se queda siempre igual es mi pasión por el negro y al escritura. También que me gusta la solitud, el viento en los días nublados y las lágrimas que corren por mis mejillas. Significan que no estoy alegre, pero también que esta noche, entre miles, sí que podré dormir.

Algunos dirán que tengo una manera muy particular de ver el mundo. Otros que soy tremendamente banal. No sé lo que soy, aparte de una doceañera que no sabe lo que quiere. ¿O sí?

Quizá sólo sea una niña que mira un árbol cortado, con el rimel puesto para la ocasión que se le cae por las mejillas.

Este blog

El último blog que hice me gustó. Mucho. Lo actualizaba más o menos a menudo, pero había una cosa mal. No guardé lo que había escrito. Resultado, todo se me perdió cuando cambiaron la página Web, y me quedé con nada en las manos. Un verdadero desastre.
Con este voy a tener mucho más cuidado. Cada palabra, cada foto, cada minúscula cosa que sea creada aquí la guardaré también en otro lugar. Para no perderlo otra vez.


En algún lugar tengo que ir sin máscara, digo yo. En algún lugar tengo que desahogarme.

En algún lugar tengo que ir sin más cara. En algún lugar me tendré que soltar de las cadenas de la timidez, de las ataduras del miedo.
Este es el lugar, obviamente.
De pequeña, ansiaba llegar a la luna para poder dormir ahí, y quedarme segura de que nadie me molestaría ahí arriba, tumbada en el cruasán plateado. Más tarde, quería que fuesen mis secretos que durmiesen allí tranquilos. Ahora quiero que todo mi ser pueda mecerse ahí, arropada en el sosiego del silencio, mirando las estrellas efectuar su danza con mis ojos bien abiertos, y poder descansar en la paz de ese lugar alejado.
Pero como no puedo, intento hacerlo de forma virtual, creando este blog. Un santuario en el que dejo que se introduzca un ruido suave, el de vuestros comentarios. Pero cierro la puerta a lo demás. Ya tengo bastante con lo que se oye desde mi ventana.
Una pequeña capillita en la que sólo rezo a mi corazón, a mis pensamientos. En la que sólo admito unas cuantas imágenes, y palabras, palabras.
Esas palabras que dan vida a tantas cosas en mí.