sábado, 15 de noviembre de 2008


Incomprendida. Así me siento, cómo si nadie, nadie pudiese siquiera adivinar el incendio, la inundación que hay en mí. Un paraje desértico en mi corazón, nadie me apoya, nadie consigue saber qué diablos me pasa.

Risas, bromas, lágrimas, llantos...no es eso. No es ni dolor, ni alegría, ni miedo, ni sorpresa, ni algo que se pueda describir con una sola palabra...Se podría decir que la llama de mi...no, no es eso. O quizá que se ha formado un témpano de hielo alrededor de...no, no es eso. Puede que una enredadera que se me ha subido y ahoga mi...no, no es eso.

Ni siquiera yo sé lo que ocurre dentro de mi mente...

Pero, ¿por qué nadie es capaz de preguntarme cómo estoy sin tomárselo en serio? ¿Por qué nadie puede susurrarme un precario consuelo en vez de soltar una risa tonta? ¿Por qué nadie intenta siquiera abrazarme, cogerme en sus brazos y decirme que no estoy sola?

Porque lo estoy; y si no, ¿por qué no veo a nadie al lado mío? ¿Acaso una niebla me impido ver más allá? ¿O tengo la vista borrosa de tanto tragarme lágrimas silenciosas? ¿O hay una cordillera que me rodea e impide el paso hacia mí?

Preguntas sin respuesta, cómo siempre...


¿Es que nadie puede entenderme? ¿Nadie en el mundo puede siquiera comprender una milésima parte de mis enrevesados pensamientos?


1 comentario:

Zazish dijo...

Entiendo cómo lo sientes, lo que sientes... Pero, al igual que tú, no sé cómo se llama ni por qué lo sientes, y yo también lo siento así.

Sigue con tu luna, merece mucho la pena leerla.