domingo, 19 de octubre de 2008

Silencio


No sé cómo describirlo. Una sensación escalofriante, que me ha recorrido de parte en parte. Como si nada fuese importante. Como si nadie existiese. Como si yo fuese algo que no puede aspirar a lo que otros llegan.
Me he sentado en el borde de la ventana, y he mirado las nubes plomizas, mientras que mi pelo bailaba al son del viento. Una dulce melodía me ha llegado, un conjunto de notas que yo misma había creado. Mi melodía. La que daba cuerpo a todas mis ilusiones, a todos mis secretos, a mis más oscuros pensamientos.
Mis ojos se han cerrado durante un momento, para escuchar ese suave ruido que alentaba mi corazón. Cuando ya había agotado todos los sonidos que me hechizan, desde el aullido de una tempestad al tintineo de las gotas, he levantado los párpados y he mirado enfrente mío. A ese árbol que amenazaba con caerse encima del tobogán sucio del parque.
He vuelto a la calidez de mi habitación y me he tumbado en la cama, el pelo desparramado sobre la almohada. El olor especial de la lluvia me llegó a la nariz y me acurruqué. Aproveché de ese silencio para evocar lo más preciado para mí, y me di cuenta que demasiadas cosas acudieron a mi mente.
Encendí el radiocasette y escuché una de las pocas canciones no tristes de Amaral. Porque quería contrastar, no estar en harmonía. Porque ese nudo en la garganta no hallaba explicación.
Ahora oigo otra vez las gotas contra el cristal, pero muy tenuemente, dado el ruido que hace mi hermano. Y el olor es el de la tarta que he preparado.
Sin embargo, me siento igual. Sola. Muy sola. No he podido inclinar mi cabeza en el hombro de nadie, no he confiado mis pesares. Tampoco ninguna persona me escuchó cuando pedí sentarme en el sofá cerca de ella para, simplemente, hablar.
Porque ya no soporto este silencio cuando los demás no me incluyen en su círculo. Necesito...no estar sola. Necesito colmar ese vacío.
Ese silencio, quiero que mis lloros lo inunden. Y que los escuche alguien.

1 comentario:

Aheri dijo...

He escuchado tu soledad y he venido a darte una de mis sonrisas, a ver si te contagia y me regalas una tuya. Todos tenemos dias tristes que se hacen mas tristes con la ayuda de la lluvia. Son bellos esos momentos en que estas sola y puedes llorar plenamente, despues te quedas dormida y al despertar la tristeza ya no esta, para eso han de servir las lagrimas, para evacuar los excesos de emociones.
Y tambien me gusta Amarral. Me gustó mucho la imagen principal de tu blog. Besos!