
Sí. Mi burbuja, en la que se reflejan, se deforman, se embellecen las luces de lo que hay más allá. A veces me apreto contra sus límites, me intento juntar a algunas personas, pero nunca me acerco demasiado: podrían romperme mi burbuja. Y fuera de ella nadie ve lo que siento de verdad. Tengo que dejar que mis palabras atraviesen sus finas paredes para que alguien me conozca de verdad. Y eso, sólo lo hago aquí.
El aire que respiro no es el de los demás. El mío es el que mi burbuja crea, el que mis manías y mis ilusiones alientan.
Sí. Es raro. Pero es diferente. Y es mi burbuja.
Porque, lo más importante de ella, es que es parte de mí. A nadie le importa, salvo a mí. Claro, ¿a quien le interesa que una chica, de repente, pierda su mundo, sus murallas invisibles?
Porque es sólo mi burbuja.
Un pequeño desvarío simple, sincero. Me ha salido del corazón, ese mismo corazón que estoy curando con tiritas descompuestas.
El aire que respiro no es el de los demás. El mío es el que mi burbuja crea, el que mis manías y mis ilusiones alientan.
Sí. Es raro. Pero es diferente. Y es mi burbuja.
Porque, lo más importante de ella, es que es parte de mí. A nadie le importa, salvo a mí. Claro, ¿a quien le interesa que una chica, de repente, pierda su mundo, sus murallas invisibles?
Porque es sólo mi burbuja.
Un pequeño desvarío simple, sincero. Me ha salido del corazón, ese mismo corazón que estoy curando con tiritas descompuestas.